domingo, agosto 27, 2006

«Soñar no cuesta nada»

Domínoco Nadal nos habla hoy de los sueños de los pobres soldados que encontraron la 'guaca' y condenados por 'peculado por apropiaci'on', en tanto los guaqueros de cuello blanco gozan de impunidad. Los sueños de Paz de los colombianos y los sueños por una Nueva Colombia, soberana, bolivariana y socialista.


Por Domínico Nadal, ANNCOL

En este país los pobres no tienen derecho a soñar. Hasta de eso han pretendido apoderarse la oligarquía y el imperio que la amamanta. Los sueños de los pobres por una vida mejor son arrancados de tajo por la represión estatal a través del Terrorismo de Estado, en su variante narco-paramilitar.

«Los sueños de unos pobres soldados»

Hasta los sueños de unos pobres soldados son destruídos. Los pobres diablos fueron enviados a una ‘zona de candela’ –a la que no envían sino hijos de pobres, porque los hijos de ricos no pagan el servicio militar-, y la buena –o la mala?- fortuna hizo que dizque descubrieran ‘una guaca’ de las FARC.

¿Y los ‘guaqueros’ de cuello blanco que se han apropiado de Findeter, Incoder, Supervigilancia, o Jorgito Noguera Cote?

Hasta donde yo tengo entendido la expresión ‘guaca’ se utiliza para describir los tesoros que los pueblos indígenas enterraban con sus muertos, porque según la cosmología indígena la muerte es otra etapa de la vida, y por ello al muerto se le dotaba del menaje para su largo viaje. Y los ‘guaqueros’ son los depredadores ‘blancos’ que profanan esas tumbas por esas riquezas. Así que no sé si sea una nueva variante de ‘guaca’ la que utilizan los medios de comunicación oligárquicos.

En todo caso, los soldaditos se encontraron esa ‘guaca’ y estaba llena de dólares y pesos. Esos pobres soñaron con que se les ‘había aparecido la virgen’ y que con esa plata saldrían de pobres. Se equivocaron de cabo a rabo. Para los sectores dominantes –oligarcas civiles, oligarcas militares, oligarcas mafiosos, y todo sus especímenes- los pobres no tienen derecho a soñar con salir de pobres.

Los generales y coroneles –en carrera para ser generales-, agarraron a los pobres soldaditos y les EXIGIERON que les entregaran el dinero, y otros más ambiciosos los enviaron nuevamente a la ‘zona’ para que buscaran más ‘guacas’. Como los pobres suboficiales y soldaditos no entregaron el dinero, entonces los ‘judicializaron’, es decir, los acusaron –acuseta, acuseta, donde no quepas, no te metas!- y los denunciaron ante la ‘justicia’ por haber cometido el delito de apropiarse de esos dineros.
Claro que si hubieran sido ellos los que hubieran encontrado la ‘guaca’, todo hubiera pasado de agache, todo calladito. Casos hay muchísimos. ¿Cuántos generales son multimillonarios? Y no es porque reciban un salario exorbitante. Son multimillonarios porque se hacen ricos apropiándose de dineros de narcotraficantes –cuando ellos mismos no son narcos-, o dineros de la delincuencia común.

¿Cuántos oligarcas se han convertido en multimillonarios robándose las arcas del estado? No caben en una lista de aquí –Bogotá- a la Luna. Recordemos algunas de las más famosas ‘guacas’: Foncolpuertos, Ferrocarriles, Contraloría, Idema, Caja Agraria, etc, etc. Y en este gobierno, recordemos las ‘guacas’ de Findeter, Incoder, Supervigilancia Privada, el DAS –ahí está Jorgito (el queridito de Alvarito) que se ‘encontró’ la ‘guaca’ de la dirección de ese organismo. O la ‘guaca’ del famoso Londoño que se ‘encontró’ la ‘guaca’ de ECOPETROL y se ‘apropió’ de más de 13 millones de dólares.
Sin embargo, estos ‘guaqueros’ de cuello blanco gozan de impunidad y ni siquiera son condenados por el delito de ‘peculado por apropiación’, por el cual condenaron a los pobres soldaditos.

«El sueño de la Paz»

El imperio y la oligarquía pretenden acabar el sueño de Paz de los colombianos.

La declaratoria de guerra de la oligarquía acabó con el sueño de paz de 48 hombres y mujeres de vivir felices cultivando el campo. Era la advertencia de la oligarquía de que no aceptaría ninguna otra visión en Colombia. Se inició así la negra noche en que nos han sumido los oligarcas y han tratado de acabar con esos sueños de paz de todos los colombianos.

Pero el pueblo colombiano sigue soñando con la Paz, y cada día adelanta acciones para construirla. Enfrentando las políticas de guerra del gobierno, no sólo las militares, sino también las económicas como el TLC, la ‘nueva Reforma Tributaria’, las privatizaciones de empresas estatales como ECOPETROL y el Seguro Social. O como los indígenas Paeces que acordaron con el comandante Jerónimo de las FARC formas y métodos para que su resguardo viviera en paz, y la verdad es que esta paz sólo es perturbada por la invasión de las fuerzas militares oficiales del régimen, como cuando ridículamente ‘hicieron soberanía’ en Marquetalia.

«El sueño de una Nueva Colombia»

El sueño por la Paz es parte indivisible, constitutiva, del sueño por la Nueva Colombia.

El pueblo colombiano sigue construyendo la paz cuando enfrenta las políticas criminales del régimen oligárquico-mafioso-imperial. Políticas asesinas que mata con balas y mata silenciosamente con niños muertos por desnutrición y en los fatídicos ‘paseos de la muerte’. Que utiliza el brazo criminal de los narco-paramilitares para su Terrorismo de Estado, y ahora pretende legalizarlos e institucionalizarlos.

En esa lucha de construcción de la Paz se inscriben las acciones de la guerrilla, como las FARC, que ha enfrentado con las armas en la mano –porque no han dejado otra opción- todos los planes asesinos que al amparo de la Doctrina de Seguridad Nacional han diseñado los ‘ideólogos’ del imperio, las cuales han sido aplicadas al pie de la letra por los indignos gobernantes colombianos.

Las FARC han enfrentado desde el Plan LASO en 1964 hasta el Plan Colombia (Plan Patriota), planes puestos en práctica por 12 presidentes de Colombia (incluyendo a Uribe Vélez en sus 2 períodos), y desde su nacimiento han enarbolado la bandera de la Paz. Una Paz que se concibe producto de un proceso de diálogo que contemple atacar las causas que han generado la guerra, es decir, ‘tocar’ el problema desde sus bases económicas, políticas, económicas, sociales y de soberanía nacional.

Este sueño lo acompañamos la gran mayoría de los colombianos, a pesar de todos los esfuerzos que hace el imperio y sus acólitos por evitar por la fuerza fatídica de sus armas asesinas, que lo abracemos y lo hagamos nuestro.
El sueño de la Paz es parte constitutiva, integral, indivisible, del sueño de una Nueva Colombia soberana, bolivariana y socialista, duélale a quien le duela, árdale a quien le arda!